:: TANTO VA EL HOMBRE A LA FUENTE HASTA QUE EL RIVULUS APARECE

Por Miguel S. Bayona Valentín, La Habana.

Era la mañana del 22 de abril la indicada, la que con un golpe de suerte le regalaría una nueva conquista al Club “El Acuarista Cubano”. Una vez más, la vida nos demuestra que, por estar en el lugar indicado y en el momento exacto, seríamos parte de una historia con final feliz. Así, como cuando Rafael Cardet Sánchez, el 8 de agosto del 2007, después de mucho buscar, halló de manera accidental, en una zanja local de la ciudad de Santa Clara (Villa Clara) el Rivulus cylindraceus, en esta ocasión los autores del hallazgo fueron Alexis Martínez Terrero y Jeizen Álvarez Castro. Un día al azar que, por pura casualidad, salieron en busca de alimento vivo para sus peces al Parque Lenin y terminaron por encontrar el tan anhelado pez.

El Parque Lenin es una instalación recreativa de gran extensión en la que se puede disfrutar de un parque de diversiones o del rodeo, es sede también de uno de los dos acuarios de agua dulce existen en la capital. Allí también encontramos bellos paisajes, pequeños arroyos y dos presas medianas, a las cuales se han realizado varias excursiones en busca de esta especie sin éxito. Aun teniendo las localizaciones seguras, nunca pudo ser hallado el pez en los diversos hábitats seleccionados, pero esa historia cambió.

A la semana siguiente (jueves, 28 de abril de 2011) se realizó un trabajo de campo más profundo con la colaboración de Miguel S. Bayona Valentín. El objetivo de este era documentar bien la presencia de las especies que habitan en uno de los afluentes de la presa del Parque Lenin conocido por el Río de los “Limpia Peceras” y dicho sea de paso, capturar algunos de los mencionados Rivulus cylindraceus del parque.

De izquierda a derecha, Jeizen, Alexis y Miguel

Para ello, en vista de que el “charqueo” sería realizado un día entre semana, se coordinó la salida para una hora que no coincidiera con el flujo del personal que sale temprano a trabajar. La llegada a la zona de la primera localización fue aproximadamente sobre las 10:00am. Luego de descargar todo el equipaje y establecer un punto de inicio para el trabajo de campo, nos dispusimos a llenar algunos de los recipientes con agua limpia para la colecta, así como fotografiar el área donde se iba a trabajar. Con el cielo bastante despejado todo hacía presagiar que habría un calor infernal, pero para suerte nuestra el mismo follaje de la vegetación allí presente nos protegía del sol, en cambio, para quienes no hubo solución, fue para los mosquitos.

La conquista de un nuevo feudo
Pasaban los primeros minutos de nuestra llegada al sitio cuando nos dispusimos a adentrarnos al arroyo. No daba mucho crédito al hallazgo a pesar de haber visto las fotos que ellos antes me habían enviado. La profundidad del agua en ocasiones era bastante baja, digamos que no sobre pasaba de los 15cm y sin embargo habían muchos peces gozando de buena salud. Los que si no se veían por ninguna parte, eran los rivulus.

Cada uno tomó una porción del riachuelo para tomar muestras y realizar algunas colectas de manera independiente con el objetivo de ganar tiempo. Al finalizar solo sería cuestión de intercambiar datos de lo capturado. Mientras tomaba algunas fotos del fondo cubierto de hojas de Bambú o Cañabrava, ya Jeizen y Alexis andaban pescando Gambusias y Girardinus metallicus para sus Manjuaríes y Oscares. De pronto escuché el grito de uno de los dos: “ya cayo el primero”. Se trataba de una pequeña hembra cylindraceus colectada a los márgenes del arroyo. No tardó en caer el primer macho y así sucesivamente fuimos sacando todo lo que pudiera ser objeto de estudio. Los animales más pequeños siempre se liberaron y solo nos quedamos con los individuos de mejor porte y color, en el caso de los Rivulus y Girardinus.

Cabe decir que, en este hábitat, el rivulus convive con el Cangrejo Azul de Tierra (Cardisoma guanhumi (Latreille, 1825)) y el Camarón Batata (Procambarus cubensis (Erichson, 1846)), este último es un crustáceo endémico de Cuba, y con los ya mencionados peces. Suponemos, por lo allí visto, que se alimenten de los caracoles y pequeños crustáceos, así como de larvas de mosquitos, pero en menor grado debido a la variabilidad de la corriente de agua del arroyo. Algunos de los registros tomados a partir de los parámetros agua, arrojaron los siguientes datos, pH = 7.2; Temperatura: 26C°.

Ya sin tiempo de poder coger el jamo (red) en la mano, Jeizen se apareció con un macho adulto que media alrededor de los 5cm de largo. Un animal hermoso, incluso, superando los colores que muestran los rivulus de la Ciénaga de Zapata que tengo en mis acuarios. Tal vez, el lente de la cámara no sea suficiente para mostrar al pez, así que trataré de describir lo visto por nuestros ojos. La parte superior del pez, el dorso, era de color verde turquesa que se entremezclaba con el amarillo de los opérculos y el vientre, en el cual se aprecian los característicos puntos naranjas del rivulus. Sus aletas, excepto la anal que mantiene el amarillo del vientre, son verdes. Sin duda, una especie que exige total atención por parte de cualquier aficionado interesado en los killis.

Lo que quedo para mí
Pasado casi media hora en la que apenas me mojé, llegó el momento de probar suerte. Como mi red era muy incómoda para manipularla en los espacios cerrados, no me quedó más remedio que alternarla con Jeizen o Alexis, mientras colocaban los peces en los recipientes. Siempre podré decir que logré capturar algunos rivulus, pequeños y medianos, pero la mayor parte eran hembras.

La mayoría de los rivulus capturados, estaban debajo de las raíces que marcan el límite entre la tierra y el arroyo, para nada visibles. El jamo tenía que ser introducido con fuerza y rapidez, pero a su vez, con cuidado para no dañarlo. A mi entender, la probabilidad de éxito estaba a mi favor en un 40% viendo las capturas de mis otros compañeros con sus redes más pequeñas. Al final estaba satisfecho por el botín obtenido, pero el día me guardaba una grata sorpresa.

Cambié de zona, un área más profunda, donde la altura del agua rozaba casi en mis rodillas. De ahí no pude sacar nada más que Gambusias y pequeños Girardinos. Pero como dice el refrán, “el que persevera, triunfa”. A tanta insistencia por parte de Alexis y Jeizen de que ahí no lograría coger nada, se me ocurrió meter el jamo bajo unos troncos de Bambú que habían caído sobre el arroyo. Fue un golpe de suerte, cayeron los rivulus más grande del día. Un macho adulto que podría llegar a los 7cm, mientras que de las hembras capturadas, dos rondaban los 6cm. Jeizen también probó suerte y saco otro macho grande el cual se ganó el calificativo del “Rey Rivulus”.

La colecta total, podemos estimar que fue de aproximadamente de 80 Gambusias, 30 Girardinus y 20 Rivulus, sin contar todos los alevines o juveniles de talla pequeña que dejamos atrás. También colectamos un grupo de 30 Camarones batata y un cangrejo de tierra pequeño que se nos fue sin darnos cuenta hasta llegar Alexis a su casa. Al final del sacrificio, todo fueron beneficios y Alexis junto a Jeizen llevaban suficiente comida viva para sus peces, mientras yo me quedaba con un lote de 10 Girardinus y 4 parejas de Rivulus.

Lugar donde fueron localizado los primeros individuos de Rivulus y Girardinus.
Uno de los machos adultos capturados.
Cangrejo de tierra (Cardisoma guanhumi (Latreille, 1825)).

¿Mito o realidad?
Existen algunos rumores de cómo vinieron a parar los Rivulus y otras especies al Parque Lenin. No sabríamos decir a ciencia cierta si estos ya habitaban desde mucho antes los ríos de esta localidad, lo que no sería una idea descabellada, o si fueron introducidos accidentalmente como ha sucedido con otras especies.

Uno de los rumores es que algunas de estas especies llegaron por un accidente de los trabajadores del acuario que allí radica, mientras otras ya existían. El escape de varios individuos a una de las presas sería el paso inicial para que luego fuesen poblando los distintos afluentes que conforman el lugar. Esto pudiera ser un hecho verídico si tomamos en cuenta que en la misma presa, en las áreas del rodeo y el anfiteatro, hemos hallado Platys y Guppys en algunas ocasiones, lo cual le atribuye un 99% de veracidad.

La otra historia, un poco más extraña, es que hace mucho tiempo, un biólogo cubano, con la finalidad de que todos los peces endémicos de Cuba pudieran ser localizados en un mismo sitio, liberó los peces en el Parque Lenin y de esta manera fueron a parar a los distintos arroyos y a la presa. Lo cierto es que cualquiera de estas versiones estarían por comprobar, lo cual nos hace pensar que esta segunda versión sea más un mito que realidad.

Lo que usted no vio
Por lo general se usa esta denominación en la televisión para dejar constancia de aquellos sucesos graciosos que ocurren detrás de las cámaras durante una filmación. En esta ocasión no se trata de tal cosa, por el contrario. No es muy agradable ver como se destruyen las riberas de los ríos o se contaminan las aguas, el hombre interviene cada día más en los diversos ecosistemas, afectándolos de manera irresponsable. Desde aquí, hago un llamado de atención respecto de esta situación que no se nos escapó durante nuestra visita al Parque. En algunas de las áreas donde se trabajó, hallamos latas de refrescos, papeles, plásticos, etc., materiales que tardan cientos de años en degradarse y quien sabe como pueden afectar al entorno. Otros de los daños que se ocasionan es la quema y tala, en este caso, de la "Caña Brava" o "Bambú".

Si no se toma alguna medida contra la explotación de los recursos, al menos, el que lo haga, debe ser conciente del daño que hace. Los recursos naturales se agotan y su explotación debe ser sostenible y con el apoyo de medidas o leyes que castiguen a los infractores, se puede lograr. Las siguientes fotos hablan por si solas.

Algunos de los daños que ocasionan los hombres irresponsables a este ecosistema son los desechos de basura que arrojan en algunas partes del río y la quema o tala de Caña Brava.
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